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11 mayo 2015

 

El papel de la obesidad en la somnolencia durante el día

 

La obesidad, incluso habiendo dormido lo suficiente, es una causa importante de somnolencia o sopor crónico durante el día.

 

Así lo confirma una nueva investigación. Los resultados de este estudio podrían conducir hacia terapias más personalizadas para quienes sufren de somnolencia diurna excesiva pese a dormir las horas necesarias durante la noche.

 

En naciones como Estados Unidos, tanto como un 30 por ciento de la población general experimenta somnolencia diurna excesiva, que, sobre todo durante algunos ratos, puede provocar fuertes ganas de dormir, y como mínimo una sensación notable de apatía y de pereza. Sentirse muy cansado durante el día puede reducir la productividad laboral, aumentar los errores en las actividades realizadas, incrementar las probabilidades de no acudir al puesto de trabajo, e incluso llevar a consecuencias más graves, como un accidente de tráfico.

 

En investigaciones previas, la somnolencia diurna excesiva no provocada por dormir poco ha sido relacionada con la obesidad, la depresión y la apnea del sueño, pero el nuevo estudio es, que se sepa, el primero en el que se han empleado datos fisiológicos del sueño para inferir las causas de la somnolencia diurna excesiva e investigar los mecanismos capaces de producirla.

 

El equipo de Julio Fernández-Mendoza, de la facultad de medicina en la Universidad Estatal de Pensilvania (campus de Hershey) en Estados Unidos, midió, a través de cuestionarios contestados por los sujetos de estudio (1395 hombres y mujeres), el grado de somnolencia diurna excesiva al inicio del estudio, y otra vez al cabo de un tiempo que en promedio fue de unos 7 años y medio. Se confeccionó de cada uno de los participantes un historial completo de su sueño. También se les hizo un examen físico y se revisaron sus pautas de sueño durante una noche en un laboratorio. Se tuvieron en cuenta, asimismo, sus eventuales problemas físicos o mentales, incluyendo consumo de drogas.

 

Lo normal, si se sigue un horario diurno de trabajo y se duerme lo suficiente, es no experimentar somnolencia hasta el anochecer. En la imagen, un crepúsculo. (Foto: John Bortniak, NOAA Corps)

 

El aumento de peso y la obesidad predijeron con un enorme nivel de acierto quiénes experimentarían la somnolencia diurna. Por otra parte, la pérdida de peso predijo quiénes dejarían de experimentar somnolencia durante el día, lo que refuerza la existencia de una relación causa-efecto entre los kilos de más y dicha somnolencia.

 

La asociación entre el índice de masa corporal y la somnolencia fue independiente de las horas dormidas, es decir que las personas obesas podían sentir sopor durante el día aunque hubieran dormido lo suficiente por la noche.

 

La obesidad también está asociada con la apnea del sueño, un trastorno en el que se producen pausas en la respiración mientras se duerme. Una característica distintiva de la apnea del sueño es la somnolencia diurna. Aunque pueda parecer lógico suponer que la apnea del sueño causa fatiga en las personas obesas, los resultados del nuevo estudio muestran que no hay una relación directa tan clara.

 

El peso corporal predijo la somnolencia diurna excesiva mejor que la apnea del sueño. Esto también concuerda con el hecho de que diversos estudios han mostrado que aunque las máquinas CPAP (de presión positiva continua en las vías respiratorias) mitigan el problema de la apnea al reducir en gran medida la cantidad de pausas en la respiración que experimenta la persona afectada mientras duerme, su uso no reduce de modo significativo la somnolencia durante el día, probablemente por el hecho obvio de que la mera utilización de estas máquinas no reduce el peso del usuario, tal como apunta Fernández-Mendoza.

 

El mecanismo subyacente primario que hace que las personas obesas se sientan somnolientas pese a haber dormido lo suficiente es probablemente la inflamación crónica de bajo nivel derivada de los kilos de más. Las células de grasa, sobre todo las de grasa abdominal, producen compuestos inmunitarios denominados citoquinas, que provocan somnolencia, entre otros efectos.